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24 ago 2011

Capítulo Dieciséis.

Cuatro horas para la prueba. Lucía salió de clase, a las cuatro como siempre, con un papel que explicaba todo el rodaje en la mochila, e intentó bajar rápido la cuesta hacia su casa, aunque con la muleta difícil, para contarles a sus padres lo del rodaje. Aún no se lo creía ni salía de su asombro. No llevaba ni un año soñando con ser actriz. Un día se dio cuenta de que eso era lo suyo. Y Lucía Ramos era su inspiración. Sus padres no creían que tuviese oportunidades, tampoco había estudiado arte dramático jamás, aunque de todos modos era pequeña. Un día, le salió la oportunidad de hacer una prueba y dos exámenes en clase. Al principio pensó en rechazarlas, pero después la hizo. Poca gente de su clase se animó, aunque de todos modos Lucía fue la única que impresionó a los directores.
Llegó a casa en diez minutos, y según abrió la puerta, gritó:
-Papá, mamá, ¡me han convocado a un rodaje en Roma para una película con Lucía Ramos! ¡Tengo que estar ahí antes de dos semanas y el vuelo y la estancia me lo tengo que pagar yo! ¿Me lo pagáis?
Los padres salieron de la cocina, su madre con los guantes de fregar y el padre con el periódico.
-¡Qué dices Lucía! ¿Cómo que un rodaje? ¿Con qué Lucía Ramos?
Lucía nunca les dijo a sus padres que adoraba a la otra Lucía como actriz.
-¿No recordáis la prueba que hice en clase? Pues me han convocado para un rodaje. Y Lucía Ramos es una súper actriz que además se llama como yo. Tomad, este es el papel.
Lucía sacó de su mochila el papel que lo explicaba todo, se lo dio a su padre y exclamó:
-Leerlo y después me avisáis, ¡espero en mi cuarto!
Lucía fue a su cuarto y se sentó en el escritorio. Solo tenía deberes de matemáticas y quería terminarlos cuanto antes para ir a la prueba de Model Xpress. A los diez minutos, sus padres fueron a su habitación.
-Lucía…
-Pasar.
Estaba bastante nerviosa. Sus padres se sentaron en su cama y empezaron a hablar mientras ella escuchaba.
-Lucía, cuatrocientos euros el viaje y la estancia de un día, es decir, poco menos de mil euros la estancia de todos lo que dure el rodaje…- explicó su padre.
-No podemos permitirlo, eres demasiado pequeña.- dijo su madre.
De los ojos de Lucía cayeron dulces lágrimas.
-Mamá, es mi sueño…
-Hija…- el padre- es tu sueño desde hace nada…
-¡Mentira! Quizá no lleve mucho tiempo deseándolo, pero sé que es mi sueño… Nunca he estado tan convencida de algo, al principio nadie me apoyaba, pero finalmente conseguí que la gente se fijara en mí… Y además voy a ver, mejor dicho, ¡voy a rodar la película con Lucía Ramos!
Seguía llorando. Solo un “vale” o un “sí” la consolarían.
-Pero cariño, eso es mucho dinero.- su madre- ¡Compréndelo!
-Mamá, papá, por favor…
-Ya te hemos dicho que no, y no hay más que hablar. Mientras no nos toque la lotería no te dejaremos ir.
Lucía empezó a llorar más fuerte.
-¡Iros fuera de mi habitación, fuera!
Sus padres se fueron y ella se tiró a la cama, sollozando como una niña pequeña sin su caramelo de limón. Después se dio cuenta de que no terminaría los deberes a tiempo, así que se puso a ello.
Dos horas para la prueba. Lucía llamó a Andrea, para preguntarle si le gustaría ir con ella a ver el casting. Quedaron a las ocho menos cuarto en aquel edificio.
Daniela ya no podía más. Subía las escaleras y las bajaba. Saltaba. Andaba. Bailaba. No podía estar quieta. Después se metió en la ducha, pero no aguantó más de diez minutos. Se preparó, es decir; se peinó y se vistió, y para entonces decidió irse ya.
-Vamos Tom.
Fueron en moto. Salieron por la puerta alrededor de las siete y media, y a menos veinte ya habían entrado. Era un gran escenario, con muchos asientos, como si fuera un cine, o un teatro. Tom se sentó en la fila de adelante, porque los acompañantes de las chicas que harían la prueba tenían las dos primeras filas reservadas. Daniela entró por una puerta que decía: participantes. Era una habitación gigante, con armarios con ropa y zapatos, con cámaras de fotos, con un ordenador, con una pantalla enorme… Y una chica sentada en una silla redonda, en una esquina.
Era rubia, y tenía el pelo largo, larguísimo. Después tenía unos ojos preciosos, verdes claros, muy claros y grandes. No era muy alta pero tampoco se podía decir que era de altura baja. Vestía unos pantalones vaqueros y una sudadera blanca, simplemente. Daniela, tímida y nerviosa, se dirigió a ella:
-Hola…
La chica no parecía tan tímida:
-¡Hola! ¿Tú también participas? Yo también, llevo aquí cinco minutos, pero no ha venido nadie para decirme lo que tengo que hacer… Soy Alexia, ¿y tú?
-Soy Daniela…
Daniela se sentó al lado de Alexia, que le dijo:
-Estás bastante nerviosa, ¿verdad?
-Sí… ¿Tú no?
-Bueno, no mucho…
-¿Has ido a más pruebas?
-A una solo…. Pero no logré nada.
-Vaya…
Y siguieron charlando, conociéndose un poquito mejor, lo cual sería mejor para la prueba.
Cuando Lucía llegó sobre las ocho menos cuarto, Andrea ya estaba ahí. Entraron y se sentaron por la mitad, más o menos.
-Andrea, ¿tú te acuerdas de las pruebas de arte dramático que nos hicieron?
-Em, sí, creo que sí.
-Pues me han convocado para el rodaje, con Lucía Ramos.
-¡¡¡Qué!!! ¡Genial!
-No tanto… es en Roma, y mis padres no me quieren pagar ni la estancia ni menos el viaje.
-¡¿No te dejan ir?!
Lucía negó con la cabeza. Sentía como si le ardiese la garganta, como si quisiera llorar pero no pudiese.
-Vaya, lo siento…
Se abrazaron. Ella era siempre muy comprensiva. Siguieron hablando, intentando cambiar de tema, hasta que, sobre las ocho, ocho y cinco, una voz habló desde el escenario.
-Señoras y señores… Estamos aquí para presenciar una prueba de modelos. Ahora mismo, en el camerino principal, se está realizando la primera fase. Hay tres tallas de ropa, la pequeña, la mediana, y la grande. Sólo pasarán a la siguiente fase las que entren en la talla pequeña y en la mediana. Hay 20 chicas, calculamos que se eliminarán 3. La primera fase no es pública, no la podréis ver.
Daniela y todas las chicas estaban de pie, en fila. Había veinte participantes y diez diseñadores. Les entregaron a cada una, una camiseta y un pantalón de las tallas mediana y pequeña. Tenían sitio para probárselas, se sentaban en una silla para apoyarse y después se ponían de pie. Todas se tenían que probar primero la mediana. A dos no les entraba y a otras dos les quedaba fatal. Esas abandonaron la sala, instantáneamente, y a Daniela le pareció grosero, pero ella pasó la fase, aunque el pantalón, de cintura le quedaba algo grande, por lo que el diseñador le dijo que utilizaría el pantalón de la talla pequeña y la camiseta de la talla mediana. Daniela se fijó en Alexia. Ella tenía que llevar la talla pequeña en pantalón y camiseta.
El presentador anunció:
-Han sido eliminadas cuatro candidatas, y sus nombres son…
Lucía exclamó:
-¡Qué rápido lo han hecho!
-Diana, -continuó el presentador- Marina, Ashley y Mara.
Y entonces algunos de las filas delanteras se fueron.
-La segunda fase tratará de posar para fotografías. Después pondremos las fotos en el escenario, de una en una, y podréis votar con el botón rojo que tenéis en el posavasos. Tocad el botón rojo en la participante que os parezca que se tiene que eliminar.
Andrea opinó:
-¡Qué guay!

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